Hazlo Personal


¡Hola amig@s, bienvenidos una vez más! Espero que te encuentres bien y que Dios esté hablando a tu vida en este tiempo. Sabes, cada vez entiendo más que este tiempo fue diseñado para que tú y yo nos acerquemos más a Dios, volvamos a su corazón y nos sea revelado nuestro propósito. Eso es lo que Él ha estado hablando hablando a mi vida, y quiero hacerte las mismas preguntas que Él me ha hecho recientemente:

¿Cuál es tu intención al conocerme?
¿Hacia dónde va esta búsqueda?
¿Cuál es el motivo de tu corazón al buscarme?



Cuando Dios me preguntó esto me quedé en shock, pero recordé que Romanos 8:28 dice:

“Sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.”

Él constantemente examina nuestro corazón al buscarle, conoce nuestras intenciones, y no hay algo que le podemos ocultar. Intenté buscar una respuesta espiritual a estas preguntas, pero al final no pude encontrar ninguna. Entonces, le dije la verdad y fui tan sincero con Dios y conmigo mismo como lo estoy siendo contigo. “No sé cuál es mi intención de conocerte.” Un motivo de mi búsqueda era que el me usara, que derramara sobre mí su unción. Este era el motivo de mi corazón para buscarle, sentirlo cada vez al entrar en la habitación. Y no está mal, pero Dios me habló que la respuesta que le había dado reflejaba una búsqueda basada en lo que Él me daba y no por Su persona. Si tus respuestas fueron similares a las mías, no te sientas mal, pero es tiempo de tener un cambio de mentalidad que nos permita ser perfeccionados por su Espíritu Santo. Entendí que Él está haciendo con nosotros lo que dice Salmos 139;23-24:

“Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;  Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.”

Amig@ deja que Dios te examine, deja que su Espíritu te pruebe porque te quiere guiar en el Camino Eterno. Ese camino eterno es el camino directo hacia el Corazón de Dios. Tenemos que buscar y anhelar más Su Persona mas que lo que pueda darnos, no cometamos el mismo error que cometió el pueblo de Israel, que amaba más lo que el Señor les daba que Su Persona. En Éxodo 16:16 leemos:

“Esto es lo que Jehová ha mandado: Recoged de él cada uno según lo que pudiere comer; un gomer por cabeza, conforme al número de vuestras personas, tomaréis cada uno para los que están en su tienda.  Y los hijos de Israel lo hicieron así; y recogieron unos más, otros menos.”

Jesús mismo lo dijo en Juan 6:25:

“Y hallándole al otro lado del mar, le dijeron: Rabí, ¿cuándo llegaste acá? Respondió Jesús y les dijo: De cierto, de cierto os digo que me buscáis, no porque habéis visto las señales, sino porque comisteis el pan y os saciasteis.”

Tenemos que cambiar el enfoque de nuestra búsqueda, que Dios al examinar tu corazón pueda ver que lo anhelas más que todo y repito “Más que TODO”. Te pongo un ejemplo: cuando eras pequeño y al jugar un videojuego no podías pasar un nivel, ¿qué sentimiento te creaba? Te puedo asegurar que no abandonabas el control y ese videojuego hasta pasar ese nivel, ¿Por qué? Porque sabías que más allá de ese nivel siempre habría algo que valdría la pena, un gran final, una gran recompensa, una historia mejor.

Así es con Dios, en nosotros debe permanecer ese sentimiento de anhelar pasar de nivel con Él, saber que hay algo más, entender que siempre hay algo nuevo. Moisés lo sabía,  por eso la relación de Dios con Moisés no se limitó a resolver asuntos concernientes al pueblo de Israel, porque en el corazón de Moisés ardía algo más. En Éxodo 33:17-18 leemos:

Y Jehová dijo a Moisés: También haré esto que has dicho, por cuanto has hallado gracia en mis ojos, y te he conocido por tu nombre. Él entonces dijo: “Te ruego que me muestres tu gloria.”

Es tan increíble cómo Moisés solo estaba esperando el momento para tener un tiempo con Dios a solas, y eso es algo que en mi corazón resuena y espero resuene en el tuyo amig@. Hay hombres y mujeres en la Biblia, y aún en este tiempo, que han logrado alcanzar una profunda relación con Dios. ¿Por qué nosotros no podríamos? ¿Qué diferencia tienen ellos de nosotros? Un corazón dispuesto a esforzarse para subir al monte a estar con Dios todos los días. Imagina a Moisés que tenía que subir ese monte repetidas veces para hablar con Dios y estar con él. Esto requería esfuerzo físico, estuvo 40 días ahí arriba sin comer ni beber, pero no le importó. Él estaba esperando y ardía en su corazón estar en comunión con Dios y habitar delante de Él.



Dios sabía lo que Moisés pensaba, pero anhelaba escuchar las palabras de Moisés de su propia boca. Moisés cumplía su oficio de hablar por Dios a Israel, pero en su corazón lo más importante no era su ministerio, era la persona de Dios. Anhelaba pasar la mayor cantidad de tiempo con Dios, y seguía atendía los asuntos con responsabilidad. Su forma de hablar con Dios cambió. Ya no le hablaba con miedo, es más, estoy seguro que no tartamudeaba delante de Él. Así con nosotros y quiero compartirte la frase que Dios ha puesto en mi corazón en este tiempo para buscarle: “Hazme personal.” Ya no quiero oír que lo hace Dios en otros hombres, que tienen grandes encuentros Él, quiero que lo haga personalmente conmigo. Oro para que buscarlo se vuelva en ti,más que un pasatiempo o una actividad más en tu lista de tareas diarias, una necesidad y un anhelo. Cambia tus motivos, que ahora tu corazón arda por pasar al siguiente nivel: “VER SU GLORIA.”

“De oídas te había oído; Mas ahora mis ojos te ven.”
Job 42:5
Chucho

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