Luces en el camino
¡Hola amig@! Bienvenid@ de nuevo a este blog, que más que
una enseñanza o un estudio es una forma de compartir la manera en la Papá va
guiando y trabajando mi vida. Sin lugar a dudas el caminar con Dios es una
aventura enorme, porque no sabes que tiene Él para ti a la vuelta de la
esquina. Tiene un rato que no me aparezco por aquí (que oso), pero creo que
este nuevo comienzo es parte de algo nuevo que Él quiere hacer en mi vida y que
me gustaría compartir contigo. Cada temporada en la que entras tiene sus
desafíos, sus bendiciones, sus altas y bajas, sus victorias y fracasos, sus lágrimas
y sus sonrisas. Creo que muchas veces intentamos razonar o entender todo lo que
está pasando con un ¿por qué? Sin embargo,
es una cuestión de fe, de mantener el enfoque. 1 Corintios 2:2 dice “Pues me propuse no
saber entre vosotros cosa alguna sino a Jesucristo, y a éste crucificado.” Tiene que ver con una
decisión del corazón, de que a pesar de que todo se oscurezca a tu alrededor,
no quites la mirada de Jesús. Muchas veces mantener tu mirada en Él será lo único
que tendrá sentido en tu vida, te lo digo por experiencia. ¡Te puedo asegurar
que la luz de Jesús resplandece más fuerte cuando estas en medio de una noche
oscura! Es difícil hacerlo en un mundo en el que se prenden luces a todo tu alrededor
con tal de que veas un poco, pero que solo te dejan más perdido. Son luces
temporales, que apenas sientes que las tienes en las manos, se apagan. En
cambio, Jesús no es una luz, ÉL ES LA
LUZ DEL MUNDO. Y es lo bonito de la hermosura de Jesús, que si fijas tus
ojos en Él por suficiente tiempo, no querrás quitar tu mirada de Él jamás.
En
este tiempo creo que si algo he aprendido sobre Papá es que sin importar a
donde vayas, su luz siempre está ahí para alumbrar tu camino. Juan 8:12 dice “Otra
vez Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no
andará en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Guarda
ese versículo en tu mente, volveremos a usarlo. Creo que hoy en día hay demasiadas
luces en la vida y no me refiero exclusivamente al pecado: amigos, carrera,
dinero, familia, tú mismo, tus sueños, todo pareciera ser caminos de luces en
direcciones opuestas entre ellas. Muchas veces justo cuando comienzas a seguir
ese caminito de luces de repente este se apaga, y terminas más perdido de lo
que empezaste. ¡El mismo mundo que te dice que debes encontrar tu propio camino
en la vida solo te deja más perdido porque ni él mismo sabe a dónde va! Proverbios
16:25 dice, “Hay camino que al hombre le
parece derecho, pero al final es camino de muerte.” Puede que la luz
temporal te dure días, meses, años, incluso toda tu vida. Pero esa luz se
apagará al final de ella, y volverás a estar en la misma oscuridad en la que
estabas antes de encontrarla. He visto como personas creen haber encontrado la
luz de su vida en una persona, trabajo, posición, dinero, solo para quedarse
con las manos vacías después de que esta se apaga. Lo peor es que ellas se apagan
junto con su luz temporal, y al final el lienzo de su corazón acaba siendo
pintado ni siquiera por ellos mismos, sino por la oscuridad que los rodea. Lo
peor de la oscuridad es que oculta las heridas que te ha hecho, y pretende que
todo está bien con tal de llegar a la siguiente luz. Al final te podrás dar
cuenta que pasaste tus años persiguiendo una luz que jamás alcanzaste.
Lo hermoso y tierno de Jesús es que
ni tú ni yo tuvimos que salir al mundo a perseguir una luz, LA LUZ se acercó a nosotros. Salmos
59:10 dice, “Porque el Hijo
del Hombre vino a buscar y a salvar lo que se había perdido.” Ya no tenemos que buscar una luz que nos
ayude a buscar nuestro camino. ¡ESA LUZ ES EL CAMINO! Aquí es donde entra el
versículo con el que iniciamos: “Otra vez
Jesús les habló, diciendo: Yo soy la luz del mundo; el que me sigue, no andará
en tinieblas, sino que tendrá la luz de la vida.” Podrán haber luces de
amigos, de dinero, de novia@, de carrera, pero jamás serán la luz de la vida
que es Jesús. No te estoy diciendo que no habrán problemas o desafíos, claro
que los habrán. Puede que tinieblas te rodeen, pero jamás caminarás en ellas, porque estarás parado en Cristo
Jesús. Puede que no lo entiendas todo, o que no tengas todas las respuestas,
pero si te puedo asegurar algo: esa luz jamás se va a apagar. Ni el calor ni el frío del desierto apagan la luz de Jesús. Te puedo asegurar que si Jesús está contigo, todo, todo estará bien. Deuteronomio 31:6
dice, “…porque Jehová tu Dios es el que va contigo; no te dejará, ni te
desamparará.” Dios está
empeñando contigo su palabra de que siempre estará contigo ahí a lo largo del
camino, sin importar lo que venga. Y te aseguro que Dios es alguien que se toma
muy en serio sus promesas. Dios te está diciendo que estará contigo en las
buenas, las malas, y las peores. Tienes a la Luz de vida guiándote de la mano en
medio de la noche de regreso a casa. Zacarías 3:7 dice, “Así dice Jehová de los ejércitos: Si anduvieres por mis caminos, y si
guardares mi ordenanza, también tú
gobernarás mi casa, también guardarás mis atrios, y entre éstos que aquí están
te daré lugar.” Woooowwww para Dios no es suficiente ser tu luz
y tu camino, sino que te da una posición de autoridad en su casa y en su
presencia. Quiere decir que te confía su intimidad, en pocas palabras, hace de su casa tú casa. Guardar sus atrios
involucra permanecer toda tu vida en su presencia, significa un grado de
confianza en el que tú resplandeces por causa de la luz que te rodea. Y al
final de todo tu proceso, te vuelves una luz que no brilla con brillo propio,
sino con el de Jesús, que guía a todos al final del camino ¿Cuál es el fin del
camino? El corazón del Padre.
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