Padres...¿Amigos o Enemigos?

Feliz fin de semana amig@! Logramos sobrevivir y mantenernos en pie de guerra ante la escuela, el trabajo, y cualquier problema extra que se pudiera haber levantado en nuestra contra. A veces nos vemos tan agotados por las situaciones dentro y fuera del hogar que nos podemos olvidar de buscar a Dios, pero sabes, es exactamente en esos momentos cuando más tenemos que correr a Él. Mateo 11:28 dice, “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar.” La presencia de Dios es el lugar perfecto para olvidarte de todo, y simplemente perderte en los ojos llenos de amor del Padre.¡Sigue peleando la buena batalla!



Muchas veces al llegar a casa podemos sentirnos como soldados desembarcando en una playa llena de ametralladoras, minas, y peligro; por lo tanto, hoy vamos a tratar un tema que a veces cuando crecemos va perdiendo importancia para nosotros pero que es crucial si no queremos convertir nuestro hogar en un frente de combate: honrar a los padres. Muchas veces el hecho de crecer y ser cada vez más independientes reduce a nuestros ojos el respeto que Dios exige de nosotros hacia nuestros padres. Éxodo 2:12 dice claramente, “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días sean prolongados en la tierra que el SEÑOR tu Dios te da.” Si Dios dio al hombre sus mandamientos fue para que al obedecerlos el mismo hombre fuera el mayor beneficiado al hacerlo. Dios dice que como hijos tenemos que honrar y respetar a papá y mamá sin importar sus fallas. Él puso sobre ti exactamente al papá y la mamá que Él sabía que ibas a necesitar para llegar a ser el hombre o la mujer que Él quiere que seas. Yo no veo que en el versículo Dios diga, “…pero si tienen fallas o son malos padres entonces no tendréis que respetarlos tanto.” La obediencia y honra a tus padres no se maneja de acuerdo a sus fallas y cualidades. Más importante, tu relación con tus papás, específicamente con tu papá, es un reflejo exacto de cómo es tu relación con Dios. Romanos 13:1-2 dice que toda autoridad es establecida por Dios y que cualquiera que se opone a ellas se opone directamente a Dios. Tus papás, cristianos o no, son autoridades puestas por Dios en tu vida para moldearte, incluso en las actitudes que podrías considerar incorrectas. Cuando te rebelas contra tus papás básicamente le estás diciendo a Dios, “Dios, no quiero obedecer las instrucciones que tú me estás dando por medio de mis padres.” Según 1 Samuel 15:23, “Porque como pecado de adivinación es la rebelión, y como ídolos e idolatría la obstinación.” Así de grave es la rebeldía contra la autoridad para Dios. Tal vez puede que me digas, “¡El hecho de que no obedezca a mis padres no quiere decir que tampoco obedezca a Dios!” Bueno, déjame decirte que, si no puedes obedecer una autoridad que puedes ver y tocar, menos a una que no puedes ver ni tocar. Más aún, Jesús dijo en Juan 14:21, “El que tiene mis mandamientos, y los guarda, ése es el que me ama…” No puedes decir que amas a Dios si eres rebelde en casa con tus padres. Muchas veces puede que quieras que Dios te use en la iglesia o en tu trabajo o escuela para compartir el evangelio, y eso está bien, pero lo primero en lo que Dios se va a fijar antes de poder derramar su unción sobre ti es en tu nivel de obediencia y honra a tus padres. Lucas 16:10 dice, “El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel.” Tu primer campo de entrenamiento es tu casa con tus padres, donde no hay nadie que evalúe tus acciones, nadie excepto Dios. Cuando Dios ve a alguien que se sujeta a sus padres y los honra Él ve a alguien que no tendrá problema en sujetarse a Su voz y a Su Espíritu cuando esté afuera siendo usado por Él. Quiero poner aquí de ejemplo a David, pero no cuando fue rey, sino antes, cuando Dios estaba formándolo en el campo de entrenamiento más importante: su casa con sus padres. En 1 Samuel 16 vemos como el profeta dramáticamente unge a David como nuevo rey de Israel, y como el Espíritu de Jehová viene sobre él con poder. Sin embargo, en lugar de asumir inmediatamente una posición de liderazgo, 1 Samuel 17 narra cómo David fue músico del rey en turno, Saúl, para finalmente regresar a la tarea que tenía antes de ser ungido por Samuel: pastorear las ovejas de su papá. Puede que David se haya preguntado, “¿Dios, no iba yo a ser rey?” Con todo esto, David, en lugar de rebelarse contra su padre con la excusa de que tenía un llamado de parte de Dios (aquí va una pedrada, lo siento), fue y se sujetó a Isaí su padre. Más fuerte (y chistoso) aún, los versículos 17 y 18 del mismo capítulo dicen que David fue finalmente enviado por su padre a la batalla, pero no para pelear. ¡Envió al futuro rey de Israel a llevar un lonche a sus hermanos! David probablemente se preguntó en que estaba pensando su papá, pero decidió obedecer porque sabía que era el Señor capacitándolo para que algún día fuera el mejor rey que Israel ha tenido jamás. Todo se decidió en la disposición de David de aceptar el entrenamiento y la dirección de Dios para su vida a través de su padre.


Otro punto que quiero tratar brevemente sobre la relación con los padres es saber escucharlos y recibir su consejo. Proverbios 23:26 dice, “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.” Si yo hubiera hecho caso de este versículo hace unos años, me hubiera ahorrado tantos dolores de cabeza. Hace algunos años yo mantenía contacto con cierta chica, y mis padres me comentaron que el asunto no les causaba confianza y me pidieron que le dejara de hablar. Como "buen" hijo que era, ignoré su instrucción y consejo, creyéndome más listo y sabio que ellos. Bueno, un año después me podían ver chillando con ellos contándoles mis penas. ¿Fue culpa de la chica? ¡NO! Yo, al no escuchar a mis padres, y por lo tanto a Dios, me expuse solito a romperme yo mismo el corazón. Qué necesidad de pasar estas cosas, ¿no? Conforme vamos creciendo, no sé por qué llegamos a tener la tonta idea que sabemos más que nuestros padres. Creemos que son anticuados, que no conocen el mundo de hoy, o que no nos comprenden. Se nos olvida que esos dos individuos que llamamos padres llevan aproximadamente de 25 a 30 años más de experiencia en la vida que nosotros…y aun así nos creemos más listos o sabios. Dios los puso como guías para que podamos caminar de acuerdo a Su voluntad y en la protección que hay en obedecerlos. Podría ponerte aquí todo el libro de Proverbios, que habla sobre un padre dándole consejo a su hijo, pero mejor léelo con calma en tu tiempo con Dios. Para cerrar, por hoy quiero hacerte la siguiente pregunta, ¿tienes una actitud de honra y obediencia hacia tus padres? ¿Sabes escucharlos y seguir sus consejos, sabiendo que solo desean lo mejor para ti? Si no, te animo a que te sientes con ellos, y les pidas perdón por no haber aceptado la autoridad que Dios les ha dado sobre tu vida. Te aseguro que esto, no sólo te evitará pasar por situaciones como la mía, sino que hará que puedas profundizar aún más en tu relación tanto con tus padres como con tu Padre celestial. ¡Nos vemos el día lunes!

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